Jesús Manuel Erosa Argüelles
ORGULLO PICHUCALQUEÑO
Yo Pichucalco
“El Chichonal Erosa”
"El volcán ‘Chichonal’ acabó con muchas vidas, no lo maldigo le doy gracias, porque por alejarme de sus cenizas llegué a un lugar bendito para mí, Mérida, Yucatán”.
Me dicen “Chichonal” apodo que llevo dignamente por lo que representa en mi vida, mi historia es larga y llena de anécdotas, pero les contaré lo más importante.
Mi sueño era ser boxeador no réferi, estudié contaduría y acabé como periodista.
Todo empezó a los 14 años en #Pichucalco, Chiapas, desde aquel entonces me gustaban las funciones de boxeo, las veía por televisión.
En mi pueblo llegó la televisión en el 1968 y para poder ver la transmisión de los Juegos Olímpicos en México, acudía a casa de unos vecinos, para ver a los mejores del mundo pelear, eso aumentó el gusto por el boxeo y así lo hice.
Entrené, subí al cuadrilátero en un torneo local, pero me dieron una buena paliza, de las cinco peleas que tuve sólo una iba ganando, pero se fue la luz y se suspendió, por lo tanto, en todas me ganaron y deserté.
Seguí visitando el gimnasio, cuando se realizaban funciones de box, buscaba cualquier pretexto para entrar, hice amigos del cuerpo técnico con tal de estar cerca del ring, sin saber nada, logré estar como auxiliar de campanero y luego juez, hasta que un día decidí, ser réferi y tuve esa oportunidad, supervisé las peleas de cuatro rounds hasta que logré cubrir peleas oficiales en los poblados chiapanecos.
Cuando me tocó trabajar en Teapa, Tabasco todavía no conocía bien los reglamentos, solicité la licencia en Tuxtla, Gutiérrez, la comisión de boxeo pedía $500 y no lo adquirí por falta de dinero.
Después de tantas andadas, mi vida dio un giro de 360°, cuando en 1982 el volcán “Chichonal” hizo erupción llegué a tierras yucatecas y mi primer hogar fue el Sindicato Único de Filarmónicos de Yucatán (SUFY). Llegar a tierras yucatecas fue haber vuelto a nacer, no me arrepiento de haber dejado Pichucalco, además que en mi tierra viví una etapa muy fuerte de mi vida era alcohólico, me recibí de contador lo ejercí un año solamente ya que preferí ser taxista y aprovechaba el resto de las horas para tomar los tragos, muchas veces quedaba tirado en las calles, mi madre (q.e.p.d.) iba a rescatarme.
Todos los días estaba en la cantina y agradezco a mi madre y esposa (Angelita) el haberme aguantado tanto.
Trabajé en varias empresas, gringas una de ellas fue de tuberías y otras de químicos industriales.
Mi mamá trabaja día y noche costurando para mantener a mi familia, ya había nacido mi primer hijo, Guillermo, fui un desobligado, cada vez que llegaba ebrio, mis palabras eran…” algún día voy a cambiar”.
El día que abandonamos Chiapas, fue porque el volcán hizo su tercera erupción, muy fuerte, vivíamos a escasos 20 kilómetros del fenómeno, ante la emergencia a mi papá se le ocurrió venir a Yucatán, la idea era sacarme de ahí para que yo deje el alcohol y como en Mérida nadie me conocía el pensamiento de mi padre era que rápido cambiaría.
De hecho, mi papá era yucateco, a pesar de tener familiares en Mérida, decidimos vivir en las instalaciones del SUFY que sirvió como albergue para los damnificados del volcán, lo que jamás imaginamos es que llegamos a un lugar donde vivían músicos y alcohol y drogas.
Llegué a ese lugar junto con la marimba lira de Pichucalco, como hice buena amistad con el personal del Sindicato pronto fui contratado como secretario de la oficina, a los pocos días de haber llegado un trompetista insistió para que los acompañe al grupo de Alcohólicos Anónimos (A.A), prácticamente sólo se lo dije para salirme del compromiso, pero finalmente acudí.
Escuchar las experiencias de otros compañeros y reflejarme en cada uno de ellos, bastó para reaccionar ante esa enfermedad, hoy tengo 35 años sobrio y continúo acudiendo a las sesiones, mi vida cambió por completo.
Viví un año en el albergue, mi interés sobre el boxeo era el mismo, acudía a un café para ver las peleas por televisión, al sitio acudían personas aficionadas, ahí un señor me dijo: “Chichonal, ¿Por qué no escribes algo de box?, le conteste que yo nunca he escrito notas.
Esa persona intervino para que colabore en el Gráfico de la Tarde, empecé con una columna llamada el Balcón de Fistiana, con las notas del Esto, Ovaciones, la Afición y otros periódicos sacaba la información para mi espacio.
En la casa del pueblo en Mérida, hacían funciones de box, al enterarme me ofrecí para ir por los resultados y llevarlos al jefe de redacción del periódico Novedades de Yucatán, un día esta persona me dice: ¡sube! Llegué al área de redacción y me ordena; ¡escribe la nota!, recuerdo que apenas hice unos párrafos, y así el destino confabuló para que terminara como reportero de ese medio.
Ya formalmente contratado el primer evento que cubrí fue un torneo de golf en la que vergonzosamente no conocía ni el bastón y menos la pelota. Ahí me salvó un instructor, él me fue guiando hasta darle forma a la nota.
Le agradezco a Russel Gutiérrez (q.e.pd.) por enseñarme a escribir el béisbol, dejé de darle cobertura a este deporte hasta el último día que estuve en el periódico.
Yo le debo mi vida a Mérida, también tengo muy presente a un compañero del periódico, a este conté que no tengo casa, sin antes de terminar la plática, marcó a una persona para que me ayude con la gestión del Infonavit y en menos de 15 días ya tenía mi casa.
Estuve un año sin habitar la casa, ya estaba acostumbrado al albergue. Hasta que un día terminé de trabajar y al llegar a la posada no encontré a mi familia, el cuarto que habitábamos estaba vacío, ellos ya estaban hartos de vivir ahí, por eso se fueron a nuestro hogar.
En las peleas que se realizaban en el Deportivo San Juan, con los conocimientos que ya tenía y el reglamento memorizado, me acerqué a la comisión de box para solicitar la licencia de réferi y la obtuve.
De manera formal efectué este oficio, la primera pelea de Campeonato Nacional que tuve fue en Cancún en el 1985 entre Humberto “La Chiquita” González y Jorge Cano, este último campeón nacional de peso minimosca, luego cubrí contiendas en todo el sureste, he sido nombrado en tres ocasiones oficial del año.
Después estuve invitado para peleas de título mundial, lo más que he ganado son 2 mil dólares, en una pelea en Inglaterra, con ese dinero compré cosas para la casa y lo disfruté con la familia.
Soy réferi reconocido por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y he intervenido en casi 240 peleas profesionales, 2 de ellas de campeonato mundial, 30 de campeonato continental, 10 de campeonato internacional, 6 del Mundo Hispano y más de 10 de campeonato nacional.
Hace dos años me jubilé como periodista, fueron 31 años de experiencia, yo le debo mucho a la gente de Mérida, desde que llegué me trataron de maravilla, no me arrepiento de haber llegado, doy gracias a Dios por regalarme esta vida llena de anécdotas.
Tuve dos varones y una niña, mi hijo menor murió a causa de una hepatitis a los siete años, esa desgracia y la ausencia física de mi madre son los grandes golpes que me ha dado la vida.
La cobertura de la llegada del Papa, Juan Pablo II, es una de las gratas experiencias que tengo, estuve de cerca de él como fotógrafo, logré estrecharle la mano, el sentimiento que me dejó es indescriptible!".
(Mérida, Yucatán)
Jesús Manuel Erosa, falleció el 14 de Agosto de 2020 a sus 64 Años de edad, un gran amigo personal y de esta pagina desde sus inicios
Tomado de: https://www.facebook.com/jesus.m.erosa
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